02-09-08, 12:22
POLÍTICA
Zaplana, Acebes, Costa, Astarloa, San Gil… El “viaje al centro” de Rajoy deja ya unas cuantas bajas
“El valle de los caídos” del PP
ELPLURAL.COM
Según recoge Interviú, fue un diputado popular quien acuñó el término “El valle de los caídos” para referirse a sus compañeros defenestrados en el camino hacia el centro que se propuso Mariano Rajoy. Un saco en el que han caído populares otrora insignes como Eduardo Zaplana o Angel Acebes, de referencia durante la época de José María Aznar, o Juan Costa, vendido como el gran fichaje del partido hasta que, de camino al Congreso de Valencia, se evidenció su separación del líder. En medio, uno de los casos más emblemáticos de la división en el seno del PP, el de María San Gil, la ex presidenta del PP vasco cuya espantada parecía poner en jaque a Rajoy. La purga ha dispersado a los caídos, que en la mayoría de los casos han acabado en el ámbito empresarial.
<!-- Seguramente Eduardo Zaplana, ex ministro de Trabajo, es uno de los caídos más notorios del valle popular. En su caso, la baja fue voluntaria: el camino hacia Telefónica parecía más atractivo que el viaje al centro de Rajoy –líder del que, por otra parte, estaba ya bastante distanciado-. César Alierta le contrató como asesor de la empresa que preside, nada más y nada menos que Telefónica. La oferta era tentadora, Zaplana pasó de ingresar 6.000 euros al mes como portavoz parlamentario a cobrar un millón de euros al año como miembro del consejo de administración de la empresa. La semana pasada, El Plural se hacía eco de que Zaplana había constituido [url=javascript:void(0);/*1220290861189*/]Decuria Consulting, [/url]una entidad situada en el madrileño Paseo de la Castellana dedicada al asesoramiento financiero. La consultora, incluida en el Registro Mercantil el pasado 30 de mayo, cuenta con un capital inicial 6.000 euros.
Acebes, ¿a Caja Madrid?
En el caso de Ángel Acebes, otro purgado del PP de Rajoy que se despidió en el Congreso de Valencia, la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, habría solicitado a Miguel Blesa, director general de Caja Madrid, un puesto para él como consejero del holding financiero Cibeles, cuya salida a bolsa está prevista en noviembre. Blesa, según apunta Interviú, se resiste.
Rato, el ejemplo a seguir
Pero, tal como recoge Interviú, antes que ambos había sido Rodrigo Rato, ex ministro de Economía también de la era Aznar, quien inició el exilio al ámbito empresarial como asesor independiente. En su caso, sus trabajos para Emilio Botín, el Banco Santander y La Caixa le reportan ingresos nada desdeñables que, sumados a los tres millones que percibe como director de la banca Lazard, hacen que sea el ejemplo a seguir.
De candidato alternativo a diputado de base
Distinta suerte, no obstante, corrió uno de sus discípulos, Juan Costa. El que fue reclutado como gran promesa del partido y ejerció como jefe de campaña de Rajoy, acabó protagonizando uno de los mayores episodios de división en el seno popular, al punto de poner en tela de juicio el liderazgo del presidente. El currículum de Costa incluye trabajos como asesor jurídico o consejero del Fondo Monetario Internacional, y su paso por la política le lleva del cargo de ministro al más modesto de diputado de base por Castellón. Cabe recordar que durante la etapa pre congresual, el político parecía ser el candidato alternativo a la jefatura del partido, si bien la propuesta de elecciones primarias, promovida por diputados del distrito de Salamanca y acogida por la facción disconforme del PP, no logró auparle: Costa desistió de presentar una candidatura alternativa en un Congreso que se zanjó con el fortalecimiento de Mariano Rajoy.
Pizarro se desinfla
En la línea de promesas fallidas estaría también Manuel Pizarro, si bien en su caso el recorrido ha sido a la inversa: dejó el ámbito empresarial para ingresar por la puerta grande como uno de los hombres fuertes de Rajoy, pero su entrada triunfal se ha quedado en un debate televisivo con Pedro Solbes y un puesto modesto como portavoz de la Comisión Constitucional del Congreso.
Astarloa y Elorriaga: diputados de base
Pero retomando el cónclave de junio, hay que destacar que no sólo acabó con la defenestración de Juan Costa. Ignacio Astarloa –promotor de una de las enmiendas más duras-, también fue reducido a la categoría diputado de base, tras haber ocupado la Secretaría de Libertades Públicas, Seguridad y Justicia y la General del Congreso. Idéntica suerte corrió Gabriel Elorriaga, antes portavoz parlamentario, tras criticar el liderazgo de Rajoy –a quien, según sus polémicas declaraciones, no considera capaz de “ofrecer un liderazgo renovado, sólido e integrador”-.
San Gil rechaza ofertas
Sin lugar a dudas, una de las bajas más notorias del año ha sido la de María San Gil, cuyas diferencias con Rajoy en materia de relaciones con los nacionalistas acabaron con su espantada y su dimisión de la presidencia del PP Vasco, un duro golpe al que se sumó la renuncia de Ortega Lara como militante, y dejó como saldo una división en el partido regional que, a la fecha, sigue sin saldarse. Interviú por su parte apunta que el futuro de San Gil, licenciada en filología, es más incierto. La ex presidenta de los populares vascos habría declinado las ofertas de varios medios de comunicación. ¿Siempre nos quedará la empresa?
-->Seguramente Eduardo Zaplana, ex ministro de Trabajo, es uno de los caídos más notorios del valle popular. En su caso, la baja fue voluntaria: el camino hacia Telefónica parecía más atractivo que el viaje al centro de Rajoy –líder del que, por otra parte, estaba ya bastante distanciado-. César Alierta le contrató como asesor de la empresa que preside, nada más y nada menos que Telefónica. La oferta era tentadora, Zaplana pasó de ingresar 6.000 euros al mes como portavoz parlamentario a cobrar un millón de euros al año como miembro del consejo de administración de la empresa. La semana pasada, El Plural se hacía eco de que Zaplana había constituido [url=javascript:void(0);/*1220290861189*/]Decuria Consulting, [/url]una entidad situada en el madrileño Paseo de la Castellana dedicada al asesoramiento financiero. La consultora, incluida en el Registro Mercantil el pasado 30 de mayo, cuenta con un capital inicial 6.000 euros.
Acebes, ¿a Caja Madrid?
En el caso de Ángel Acebes, otro purgado del PP de Rajoy que se despidió en el Congreso de Valencia, la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, habría solicitado a Miguel Blesa, director general de Caja Madrid, un puesto para él como consejero del holding financiero Cibeles, cuya salida a bolsa está prevista en noviembre. Blesa, según apunta Interviú, se resiste.
Rato, el ejemplo a seguir
Pero, tal como recoge Interviú, antes que ambos había sido Rodrigo Rato, ex ministro de Economía también de la era Aznar, quien inició el exilio al ámbito empresarial como asesor independiente. En su caso, sus trabajos para Emilio Botín, el Banco Santander y La Caixa le reportan ingresos nada desdeñables que, sumados a los tres millones que percibe como director de la banca Lazard, hacen que sea el ejemplo a seguir.
De candidato alternativo a diputado de base
Distinta suerte, no obstante, corrió uno de sus discípulos, Juan Costa. El que fue reclutado como gran promesa del partido y ejerció como jefe de campaña de Rajoy, acabó protagonizando uno de los mayores episodios de división en el seno popular, al punto de poner en tela de juicio el liderazgo del presidente. El currículum de Costa incluye trabajos como asesor jurídico o consejero del Fondo Monetario Internacional, y su paso por la política le lleva del cargo de ministro al más modesto de diputado de base por Castellón. Cabe recordar que durante la etapa pre congresual, el político parecía ser el candidato alternativo a la jefatura del partido, si bien la propuesta de elecciones primarias, promovida por diputados del distrito de Salamanca y acogida por la facción disconforme del PP, no logró auparle: Costa desistió de presentar una candidatura alternativa en un Congreso que se zanjó con el fortalecimiento de Mariano Rajoy.
Pizarro se desinfla
En la línea de promesas fallidas estaría también Manuel Pizarro, si bien en su caso el recorrido ha sido a la inversa: dejó el ámbito empresarial para ingresar por la puerta grande como uno de los hombres fuertes de Rajoy, pero su entrada triunfal se ha quedado en un debate televisivo con Pedro Solbes y un puesto modesto como portavoz de la Comisión Constitucional del Congreso.
Astarloa y Elorriaga: diputados de base
Pero retomando el cónclave de junio, hay que destacar que no sólo acabó con la defenestración de Juan Costa. Ignacio Astarloa –promotor de una de las enmiendas más duras-, también fue reducido a la categoría diputado de base, tras haber ocupado la Secretaría de Libertades Públicas, Seguridad y Justicia y la General del Congreso. Idéntica suerte corrió Gabriel Elorriaga, antes portavoz parlamentario, tras criticar el liderazgo de Rajoy –a quien, según sus polémicas declaraciones, no considera capaz de “ofrecer un liderazgo renovado, sólido e integrador”-.
San Gil rechaza ofertas
Sin lugar a dudas, una de las bajas más notorias del año ha sido la de María San Gil, cuyas diferencias con Rajoy en materia de relaciones con los nacionalistas acabaron con su espantada y su dimisión de la presidencia del PP Vasco, un duro golpe al que se sumó la renuncia de Ortega Lara como militante, y dejó como saldo una división en el partido regional que, a la fecha, sigue sin saldarse. Interviú por su parte apunta que el futuro de San Gil, licenciada en filología, es más incierto. La ex presidenta de los populares vascos habría declinado las ofertas de varios medios de comunicación. ¿Siempre nos quedará la empresa?
Zaplana, Acebes, Costa, Astarloa, San Gil… El “viaje al centro” de Rajoy deja ya unas cuantas bajas
“El valle de los caídos” del PP
ELPLURAL.COM
Según recoge Interviú, fue un diputado popular quien acuñó el término “El valle de los caídos” para referirse a sus compañeros defenestrados en el camino hacia el centro que se propuso Mariano Rajoy. Un saco en el que han caído populares otrora insignes como Eduardo Zaplana o Angel Acebes, de referencia durante la época de José María Aznar, o Juan Costa, vendido como el gran fichaje del partido hasta que, de camino al Congreso de Valencia, se evidenció su separación del líder. En medio, uno de los casos más emblemáticos de la división en el seno del PP, el de María San Gil, la ex presidenta del PP vasco cuya espantada parecía poner en jaque a Rajoy. La purga ha dispersado a los caídos, que en la mayoría de los casos han acabado en el ámbito empresarial.
<!-- Seguramente Eduardo Zaplana, ex ministro de Trabajo, es uno de los caídos más notorios del valle popular. En su caso, la baja fue voluntaria: el camino hacia Telefónica parecía más atractivo que el viaje al centro de Rajoy –líder del que, por otra parte, estaba ya bastante distanciado-. César Alierta le contrató como asesor de la empresa que preside, nada más y nada menos que Telefónica. La oferta era tentadora, Zaplana pasó de ingresar 6.000 euros al mes como portavoz parlamentario a cobrar un millón de euros al año como miembro del consejo de administración de la empresa. La semana pasada, El Plural se hacía eco de que Zaplana había constituido [url=javascript:void(0);/*1220290861189*/]Decuria Consulting, [/url]una entidad situada en el madrileño Paseo de la Castellana dedicada al asesoramiento financiero. La consultora, incluida en el Registro Mercantil el pasado 30 de mayo, cuenta con un capital inicial 6.000 euros.
Acebes, ¿a Caja Madrid?
En el caso de Ángel Acebes, otro purgado del PP de Rajoy que se despidió en el Congreso de Valencia, la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, habría solicitado a Miguel Blesa, director general de Caja Madrid, un puesto para él como consejero del holding financiero Cibeles, cuya salida a bolsa está prevista en noviembre. Blesa, según apunta Interviú, se resiste.
Rato, el ejemplo a seguir
Pero, tal como recoge Interviú, antes que ambos había sido Rodrigo Rato, ex ministro de Economía también de la era Aznar, quien inició el exilio al ámbito empresarial como asesor independiente. En su caso, sus trabajos para Emilio Botín, el Banco Santander y La Caixa le reportan ingresos nada desdeñables que, sumados a los tres millones que percibe como director de la banca Lazard, hacen que sea el ejemplo a seguir.
De candidato alternativo a diputado de base
Distinta suerte, no obstante, corrió uno de sus discípulos, Juan Costa. El que fue reclutado como gran promesa del partido y ejerció como jefe de campaña de Rajoy, acabó protagonizando uno de los mayores episodios de división en el seno popular, al punto de poner en tela de juicio el liderazgo del presidente. El currículum de Costa incluye trabajos como asesor jurídico o consejero del Fondo Monetario Internacional, y su paso por la política le lleva del cargo de ministro al más modesto de diputado de base por Castellón. Cabe recordar que durante la etapa pre congresual, el político parecía ser el candidato alternativo a la jefatura del partido, si bien la propuesta de elecciones primarias, promovida por diputados del distrito de Salamanca y acogida por la facción disconforme del PP, no logró auparle: Costa desistió de presentar una candidatura alternativa en un Congreso que se zanjó con el fortalecimiento de Mariano Rajoy.
Pizarro se desinfla
En la línea de promesas fallidas estaría también Manuel Pizarro, si bien en su caso el recorrido ha sido a la inversa: dejó el ámbito empresarial para ingresar por la puerta grande como uno de los hombres fuertes de Rajoy, pero su entrada triunfal se ha quedado en un debate televisivo con Pedro Solbes y un puesto modesto como portavoz de la Comisión Constitucional del Congreso.
Astarloa y Elorriaga: diputados de base
Pero retomando el cónclave de junio, hay que destacar que no sólo acabó con la defenestración de Juan Costa. Ignacio Astarloa –promotor de una de las enmiendas más duras-, también fue reducido a la categoría diputado de base, tras haber ocupado la Secretaría de Libertades Públicas, Seguridad y Justicia y la General del Congreso. Idéntica suerte corrió Gabriel Elorriaga, antes portavoz parlamentario, tras criticar el liderazgo de Rajoy –a quien, según sus polémicas declaraciones, no considera capaz de “ofrecer un liderazgo renovado, sólido e integrador”-.
San Gil rechaza ofertas
Sin lugar a dudas, una de las bajas más notorias del año ha sido la de María San Gil, cuyas diferencias con Rajoy en materia de relaciones con los nacionalistas acabaron con su espantada y su dimisión de la presidencia del PP Vasco, un duro golpe al que se sumó la renuncia de Ortega Lara como militante, y dejó como saldo una división en el partido regional que, a la fecha, sigue sin saldarse. Interviú por su parte apunta que el futuro de San Gil, licenciada en filología, es más incierto. La ex presidenta de los populares vascos habría declinado las ofertas de varios medios de comunicación. ¿Siempre nos quedará la empresa?
-->Seguramente Eduardo Zaplana, ex ministro de Trabajo, es uno de los caídos más notorios del valle popular. En su caso, la baja fue voluntaria: el camino hacia Telefónica parecía más atractivo que el viaje al centro de Rajoy –líder del que, por otra parte, estaba ya bastante distanciado-. César Alierta le contrató como asesor de la empresa que preside, nada más y nada menos que Telefónica. La oferta era tentadora, Zaplana pasó de ingresar 6.000 euros al mes como portavoz parlamentario a cobrar un millón de euros al año como miembro del consejo de administración de la empresa. La semana pasada, El Plural se hacía eco de que Zaplana había constituido [url=javascript:void(0);/*1220290861189*/]Decuria Consulting, [/url]una entidad situada en el madrileño Paseo de la Castellana dedicada al asesoramiento financiero. La consultora, incluida en el Registro Mercantil el pasado 30 de mayo, cuenta con un capital inicial 6.000 euros.
Acebes, ¿a Caja Madrid?
En el caso de Ángel Acebes, otro purgado del PP de Rajoy que se despidió en el Congreso de Valencia, la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, habría solicitado a Miguel Blesa, director general de Caja Madrid, un puesto para él como consejero del holding financiero Cibeles, cuya salida a bolsa está prevista en noviembre. Blesa, según apunta Interviú, se resiste.
Rato, el ejemplo a seguir
Pero, tal como recoge Interviú, antes que ambos había sido Rodrigo Rato, ex ministro de Economía también de la era Aznar, quien inició el exilio al ámbito empresarial como asesor independiente. En su caso, sus trabajos para Emilio Botín, el Banco Santander y La Caixa le reportan ingresos nada desdeñables que, sumados a los tres millones que percibe como director de la banca Lazard, hacen que sea el ejemplo a seguir.
De candidato alternativo a diputado de base
Distinta suerte, no obstante, corrió uno de sus discípulos, Juan Costa. El que fue reclutado como gran promesa del partido y ejerció como jefe de campaña de Rajoy, acabó protagonizando uno de los mayores episodios de división en el seno popular, al punto de poner en tela de juicio el liderazgo del presidente. El currículum de Costa incluye trabajos como asesor jurídico o consejero del Fondo Monetario Internacional, y su paso por la política le lleva del cargo de ministro al más modesto de diputado de base por Castellón. Cabe recordar que durante la etapa pre congresual, el político parecía ser el candidato alternativo a la jefatura del partido, si bien la propuesta de elecciones primarias, promovida por diputados del distrito de Salamanca y acogida por la facción disconforme del PP, no logró auparle: Costa desistió de presentar una candidatura alternativa en un Congreso que se zanjó con el fortalecimiento de Mariano Rajoy.
Pizarro se desinfla
En la línea de promesas fallidas estaría también Manuel Pizarro, si bien en su caso el recorrido ha sido a la inversa: dejó el ámbito empresarial para ingresar por la puerta grande como uno de los hombres fuertes de Rajoy, pero su entrada triunfal se ha quedado en un debate televisivo con Pedro Solbes y un puesto modesto como portavoz de la Comisión Constitucional del Congreso.
Astarloa y Elorriaga: diputados de base
Pero retomando el cónclave de junio, hay que destacar que no sólo acabó con la defenestración de Juan Costa. Ignacio Astarloa –promotor de una de las enmiendas más duras-, también fue reducido a la categoría diputado de base, tras haber ocupado la Secretaría de Libertades Públicas, Seguridad y Justicia y la General del Congreso. Idéntica suerte corrió Gabriel Elorriaga, antes portavoz parlamentario, tras criticar el liderazgo de Rajoy –a quien, según sus polémicas declaraciones, no considera capaz de “ofrecer un liderazgo renovado, sólido e integrador”-.
San Gil rechaza ofertas
Sin lugar a dudas, una de las bajas más notorias del año ha sido la de María San Gil, cuyas diferencias con Rajoy en materia de relaciones con los nacionalistas acabaron con su espantada y su dimisión de la presidencia del PP Vasco, un duro golpe al que se sumó la renuncia de Ortega Lara como militante, y dejó como saldo una división en el partido regional que, a la fecha, sigue sin saldarse. Interviú por su parte apunta que el futuro de San Gil, licenciada en filología, es más incierto. La ex presidenta de los populares vascos habría declinado las ofertas de varios medios de comunicación. ¿Siempre nos quedará la empresa?