[SIZE="4"]78 barcos y 347 pescadores menos en cinco años[/SIZE]
La pérdida de embarcaciones supone un 18,44%, mientras que la merma de tripulantes llega al 22,66%
27.08.10 - 03:20 - E. C. | GIJÓN.
78 barcos y 347 pescadores menos en cinco años. El Comercio
El sector pesquero asturiano ha perdido 78 barcos y 347 empleos directos en los cinco últimos años, según los datos de la Dirección General de Pesca, correspondientes a 2010, a los que ha tenido acceso EL COMERCIO.
En términos porcentuales, la merma de flota se sitúa en el 18,44%, mientras que la de tripulantes llega al 22,66%, es decir, más de la quinta parte.
En el caso de la pesca, no parece razonable achacar a la crisis la pérdida de actividad, sino al estado de los caladeros, el incremento de los costes de producción (especialmente el gasóleo) y el descenso de los precios de subasta, que han puesto a las empresas al límite de rentabilidad. La reducción tanto de barcos como de tripulantes ha sido constante según las cifras correspondientes a 2003, 2005, 2007 y 2010, de forma que es difícil pensar en un bache coyuntural del que quepa esperar una recuperación en los próximos años.
En ese contexto, la fórmula aplicada por la Unión Europea ha sido similar a la utilizada en otros sectores: la aportación de dinero para propiciar una transición lo menos traumática posible. Europa tienta a los armadores hasta el punto de que las comunidades autónomas, caso de Asturias, buscan más disuadir que animar a optar por las indemnizaciones, a fin de no acabar con el sector en poco tiempo.
Hay que tener en cuenta que las estimaciones de los expertos apuntan a que cada puesto de trabajo en la mar genera entre 4 y 5 empleos indirectos en tierra, de forma que el abandono generalizado de la actividad pesquera ocasionaría no sólo la pérdida de un sector tradicional, sino también el empobrecimiento del litoral.
El director general de Pesca del Principado, Marcelino Menéndez Cuervo, ha manifestado en reiteradas ocasiones que, a su juicio, la flota asturiana está ahora adecuadamente dimensionada.
Evolución por artes
Se da la circunstancia, además, de que la gran mayoría de los barcos y sus tripulantes utilizan artes tradicionales, para los que la subsistencia es más fácil que, por ejemplo, para los arrastreros, ya que precisan menos capturas para mantener la rentabilidad y degradan menos los caladeros.
Entre los 345 barcos que componen la flota pesquera asturiana hay 8 arrastreros (2,32%), 248 de artes menores (71,88%), 9 cerqueros (2,61%), 53 de palangre de fondo (15,36%), 15 de rasco (4,35%) y 12 volanteros (3,48%).
Por lo que a sus tripulaciones se refiere, los arrastreros ocupan a 78 personas (6,59%), los de artes menores, a 589 (49,75%), los cerqueros, a 74 (6,25%), los palangreros de fondo a 330 (27,87%), los de rasco a 45 (3,8%) y los volanteros a 68 (5,74%).
Para paliar ese problema, la política pesquera comunitaria trata ahora de reconvertir los pueblos típicos pesqueros hacia actividades que relacionen la mar con los servicios. La merma está generalizada, ya que todos los puertos, salvo Oviñana, que ganó dos, perdieron barcos, si bien Bustio, Ortiguera, Puerto de Vega y Tapia, mantienen su flota sin variación. Bustio, Ortiguera, Oviñana y Puerto de Vega ganaron tripulantes.
La pérdida de embarcaciones supone un 18,44%, mientras que la merma de tripulantes llega al 22,66%
27.08.10 - 03:20 - E. C. | GIJÓN.
78 barcos y 347 pescadores menos en cinco años. El Comercio
El sector pesquero asturiano ha perdido 78 barcos y 347 empleos directos en los cinco últimos años, según los datos de la Dirección General de Pesca, correspondientes a 2010, a los que ha tenido acceso EL COMERCIO.
En términos porcentuales, la merma de flota se sitúa en el 18,44%, mientras que la de tripulantes llega al 22,66%, es decir, más de la quinta parte.
En el caso de la pesca, no parece razonable achacar a la crisis la pérdida de actividad, sino al estado de los caladeros, el incremento de los costes de producción (especialmente el gasóleo) y el descenso de los precios de subasta, que han puesto a las empresas al límite de rentabilidad. La reducción tanto de barcos como de tripulantes ha sido constante según las cifras correspondientes a 2003, 2005, 2007 y 2010, de forma que es difícil pensar en un bache coyuntural del que quepa esperar una recuperación en los próximos años.
En ese contexto, la fórmula aplicada por la Unión Europea ha sido similar a la utilizada en otros sectores: la aportación de dinero para propiciar una transición lo menos traumática posible. Europa tienta a los armadores hasta el punto de que las comunidades autónomas, caso de Asturias, buscan más disuadir que animar a optar por las indemnizaciones, a fin de no acabar con el sector en poco tiempo.
Hay que tener en cuenta que las estimaciones de los expertos apuntan a que cada puesto de trabajo en la mar genera entre 4 y 5 empleos indirectos en tierra, de forma que el abandono generalizado de la actividad pesquera ocasionaría no sólo la pérdida de un sector tradicional, sino también el empobrecimiento del litoral.
El director general de Pesca del Principado, Marcelino Menéndez Cuervo, ha manifestado en reiteradas ocasiones que, a su juicio, la flota asturiana está ahora adecuadamente dimensionada.
Evolución por artes
Se da la circunstancia, además, de que la gran mayoría de los barcos y sus tripulantes utilizan artes tradicionales, para los que la subsistencia es más fácil que, por ejemplo, para los arrastreros, ya que precisan menos capturas para mantener la rentabilidad y degradan menos los caladeros.
Entre los 345 barcos que componen la flota pesquera asturiana hay 8 arrastreros (2,32%), 248 de artes menores (71,88%), 9 cerqueros (2,61%), 53 de palangre de fondo (15,36%), 15 de rasco (4,35%) y 12 volanteros (3,48%).
Por lo que a sus tripulaciones se refiere, los arrastreros ocupan a 78 personas (6,59%), los de artes menores, a 589 (49,75%), los cerqueros, a 74 (6,25%), los palangreros de fondo a 330 (27,87%), los de rasco a 45 (3,8%) y los volanteros a 68 (5,74%).
Para paliar ese problema, la política pesquera comunitaria trata ahora de reconvertir los pueblos típicos pesqueros hacia actividades que relacionen la mar con los servicios. La merma está generalizada, ya que todos los puertos, salvo Oviñana, que ganó dos, perdieron barcos, si bien Bustio, Ortiguera, Puerto de Vega y Tapia, mantienen su flota sin variación. Bustio, Ortiguera, Oviñana y Puerto de Vega ganaron tripulantes.