El plan de movilidad de Lastres comienza a dotarse de medidas concretas. En la reunión mantenida esta semana entre el Ayuntamiento de Colunga y la empresa redactora, el acuerdo fue el de centrarse en la primera fase en dar respuesta a la «problemática» de la calle Real por el acceso de coches, motivo de protestas vecinales en pasadas legislaturas. «Lo vamos a solucionar ahora con un reconocimiento de matrículas para aquellas que paguen sus impuestos en el Ayuntamiento de Colunga», explicó la alcaldesa, Sandra Cuesta. Ese sistema para identificar a los residentes y permitirles el paso se colocará en la entrada de la calle Real, que da acceso al casco urbano.
Cuesta detalló que la previsión pasa por ejecutar un total de «tres pequeñas actuaciones priorizando la calle Real para proteger el casco histórico». A esa medida se sumarán «rebajas en las aceras principales» y la mejora de los semáforos. Se contempla en ese sentido un tercer semáforo inteligente «en el paso de peatones entre la oficina de turismo y el casco histórico», indicó la regidora. En todo caso, subrayó, las actuaciones serán debatidas con los habitantes de Lastres, ya que desde sus inicios el plan de movilidad se concibe abierto a la participación. «La idea es reunirnos con los vecinos, hacerles propuestas y escuchar las suyas», señaló.
Cuesta es consciente de que las necesidades en Lastres van más allá de las soluciones ahora propuestas, por ejemplo en materia de aparcamientos o espacios para peatones. No obstante, recordó, los recursos económicos son limitados. «De momento en la reunión detectamos los puntos calientes, que son la bajada al muelle, la calle Real y la zona que va desde encima del restaurante Eutimio a los semáforos, por la carga y descarga», indicó. También plantearon el «soterramiento de contenedores» en la bajada al puerto, lo que permitiría ganar espacio para el tránsito de peatones.
El plan de movilidad de Lastres se ejecuta con cargo al plan de sostenibilidad turística de la Comarca de la Sidra, que contempla un presupuesto máximo de 335.967 euros para las actuaciones. El fin último que persigue el Ayuntamiento de Colunga es evitar las recurrentes «fricciones» entre locales y visitantes en las épocas de mayor afluencia, agravadas por la estructura de la villa marinera, de calles empinadas y estrechas.
Hasta la fecha, en Lastres existían ya una serie de medidas, como los aparcamientos disuasorios de la entrada de la villa o el bus lanzadera que opera durante el verano. No obstante, el diagnóstico preliminar apunta a que existe «un grado de organización insuficiente».