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[I]Ana Moriyón
[/I][SIZE=4]Vecinos de Lastres denuncian el peligro de desplome de la capilla del Buen Suceso
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El tejado de la vivienda ubicada en la parte superior de la ermita se vino abajo el domingo de Pascua y los afectados temen que se pueda caer también la fachada.
El Arzobispado de Oviedo trabaja para la rehabilitación del inmueble «desde hace tiempo»
El tejado de la vivienda ubicada en la parte alta de la capilla del Buen Suceso, en pleno Casco Viejo de la villa marinera de Lastres, se desplomó el pasado domingo de Pascua. Desde entonces, los vecinos de la zona observan con preocupación la falta de estabilidad del inmueble y advierten del peligro de derrumbe de este templo parroquial construido allá por el siglo XVI.
El hundimiento del tejado de este edificio, con todo, no ha cogido por sorpresa a nadie en la villa de Lastres, ni tampoco en el municipio de Colunga. Hace muchos años que los vecinos vienen reclamando al Arzobispado de Oviedo que agilice los trámites para la rehabilitación de este templo y son muchos los que cuentan que, en vida, los hermanos Victorero, mecenas de esta localidad marinera, cedieron dos terrenos de la parroquia de Sales para financiar el mantenimiento de la ermita, ubicada en la calle Real.
El sacerdote de Lastres, Eduardo Viña, confirmó ayer la existencia de estas fincas y explicó que el Arzobispado «está trabajando desde hace tiempo» para tratar de rehabilitar este templo cuanto antes. «La idea es arreglarlo lo antes posible, pero tenemos que tener en cuenta que primero hay que hacer un proyecto y ver las posibilidades arquitectónicas que existen para reformar esta casa. Es una obra muy importante y, por este motivo, no se puede hacer de un día para otro», lamenta el párroco.
El cura de Lastres informó, además, de que se han iniciado los trámites necesarios para registrar las dos fincas cedidas hace décadas por los hermanos Victorero para poder hacer uso de ellas con los fines previstos. «Son dos aspectos en los que el Arzobispado está trabajando de forma paralela», confirmó.
No obstante, Eduardo Viña reconocía ayer que, pese al precinto colocado estos días por la Policía Local de Colunga en el entorno de esta iglesia, «existe un peligro real» para los vecinos y visitantes que atraviesan esta calle. «Pueden pasar días y meses sin que caiga nada, pero nadie nos asegura que otro día no pueda haber otro desprendimiento», admite. «La cinta no impide el paso, pero al menos advierte del peligro», aprueba.
[B]«Con miedo»
[/B]Los vecinos de las viviendas colindantes con este edificio se muestran mucho más preocupados. Aseguran que desde que se desplomó el techo, hace ya más de quince días, una de las vigas que sostiene este edificio «ha cedido aún más de lo que estaba» y reconocen tener «miedo» a que el inmueble pueda venirse abajo, poniendo en peligro la estabilidad de las casas colindantes.
«Hasta ahora están cayendo pedruscos y tejas en el interior de la casa, pero tenemos miedo a que acabe cayendo la fachada», advierte Paloma Cuevas, cuya vivienda linda con este edificio religioso. «El precinto colocado por la Policía Local empieza donde termina mi casa», comenta esta vecina, quien solicita que se tomen medidas de forma urgente para acabar con esta situación.
[B]Más casos
[/B]«No nos pueden decir que los trámites y los papeleos van muy despacio cuando existe peligro de que el inmueble se venga abajo», concluye. Paloma Cuevas asegura, además, que éste no es el único caso en Lastres de viviendas propiedad de la Iglesia que amenazan futuros derribos.
Por su parte, la Asociación de Vecinos de Lastres y Luces reconoce que la rehabilitación de esta iglesia es una reivindicación casi histórica por parte de los vecinos, pero considera que el Arzobispado está realizando los trámites oportunos y opina que debe darse un margen a la institución eclesiástica para que acometa las obras en los plazos que consideren oportunos.