La Confederación Hidrográfica del Cantábrico ha sancionado al Ayuntamiento de Colunga con una multa de 600 euros por el mal funcionamiento de las depuradoras de Luces, las que están operativas en Palmián, la Rasa y Vallín, instalaciones que recogen las aguas residuales de las viviendas y establecimientos turísticos de la zona.
La denuncia sobre su mal funcionamiento fue presentada por la Coordinadora Ecoloxista d’Asturies, colectivo que ha mostrado su sorpresa por la reducida sanción que la CHC le ha impuesto al Consistorio colungués. “Al Ayuntamiento de Colunga le sale muy barato contaminar, porque solo 600 euros de multa por el impacto ambiental que generan esas tres depuradoras vertiendo sólidos malos olores es ridículo, una tomadura de pelo”, censuró Fructuoso Pontigo.
El portavoz de la coordinadora ecologista insistió en que esos vertidos van a parar la cuenca de los ríos Llastra y Frayón porque nunca se ejecutó el proyecto de conexión con la depuradora de Colunga, redactado hace veinte años. Lamentó la inacción del Principado a la hora de resolver estos problemas y la “tolerancia” de la Confederación ante unos vertidos que causan “daños ambientales”.
Los ecologistas consideran que se trata de “una degradación de nuestro entorno natural, cada vez más peligrosa, que sucede por culpa de la negligencia y la tolerancia de las autoridades responsables de cuidarlo y de vigilar su estabilidad”.
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