“Una nimia reflexión sobre Festejos de un Pueblo”
Todos los pueblos, por pequeños que sean, quieren y les encanta que HAYA UNAS BUENAS FIESTAS.
Las Fiestas pueden ser muy buenas, buenas, regulares o pésimas. Ello depende de si conciliamos deseo con voluntad. El deseo, creo yo, es el de hacer las mejores, ¿Pero tendremos activa nuestra propia VOLUNTAD para poner interés en que así sea? Eso solo depende de nosotros.
Partiendo de la cruda realidad y puestos firmemente los pies en el suelo, somos conscientes de que sí pueden existir muchas trabas, pero éstas se pueden echar al margen si decimos: “¿Por qué no vamos a poder si tenemos capacidad y ganas para hacerlas?”
Solo se precisa, para no hacerlas, aceptar cuatro cosas que están en nosotros mismos: apatía, despreocupación, insolidaridad y carencia de autoestima.
¿Por qué creo que hay que tener una Asociación de festejos sólida, compuesta por Todo el pueblo más aquellos que tienen un gran amor por él? Porque una Asociación totalmente democrática y transparente que esté dirigida por un conjunto de personas, que serán elegidas por todos los socios, creo que no habría nada que objetar, al contrario, ya que si a nosotros no nos gusta como están llevando las riendas de la Asociación, la Asamblea lo tiene muy fácil: Se aprueba que se haga una nueva votación para poner al frente de la Sociedad a otros dirigentes.
Digo todo esto porque observo que no hay mucho entusiasmo por hacerse socio. Lo fundamental de que puedan, repito, hacerse fiestas medianamente dignas es preciso la colaboración de toda la colectividad. Si hacer unas fiestas fuera tan fácil como soñar, donde solo es preciso dormir, ya no habría problema; pero la realidad es tozuda, y nos dice que necesitamos recursos humanos, físicos y financieros; por lo tanto, si yo quiero fiesta pero n no colaboro nada, entonces tendré que buscar la fórmula mágica de convencer a todos los músicos, los del alumbrado, los de las carpas, etc., etc. que me lo hagan gratis total. La conclusión es obvia: para lograr lo común se necesitan recursos humanos y financieros. Salir de la realidad se llama soñar.
A mí me gustaría que escribiéramos sobre el tipo de fiestas a las que podríamos llegar. Siempre llegaremos a una conclusión: Sin voluntad, entusiasmo, entrega y comprensión no se llega a ninguna parte.
¿Quieres que tu pueblo siga haciendo las Fiestas tradicionales, aunque nos encontremos en unas circunstancias no muy optimistas porque estamos perdiendo población y recursos?
¡Anímate a sumar, que resten los que todos los días están en fiesta…!